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Microtopies 2018: 75 miniatures de música i geografia,
released June 14, 2018
Fragmento de una serie de grabaciones de lo que todavía no es ni un proyecto, pero que empieza a definirse. Tiene que ver con una experiencia muy propia de lo que los francófonos llaman «civilización» y los anglógonos «cultura» o «sociedad» . Algo que es al tiempo atávico y rabiosamente contemporáneo y que tiene que ver con la ocupación tecnológica del territorio por parte de la especie humana, la sonorización antropológica de los espacios y una suerte de cartografía experimental, ya no se si relativa a las emociones, a los sentidos o a ambos.
La idea surge de una rutina, la mía propia, que tiene que ver con vivir en una ciudad, trabajar en otra, emocionarse en una tercera y moverse entre todas en tren. Surge de los momentos de espera y de transición, de la epifenomenología del commuting. De escuchar, mirar al suelo e imaginar/etnografiar otras capas de la realidad. Surge de la interacción con la flora y la fauna de las estaciones de tren, del trasiego diario de gente con maletas o de maletas con gente. El invento que propició uno de los desplazamientos más importantes en la evolución de nuestra especie da pie a esta reflexión sobre el movimiento y la identidad que atribuímos a los espacios y a los recorridos.
La rueda aplicada a la maleta pudo parecer, en un principio, una ocurrencia genial. A pesar de llegar más tarde de lo previsto, todo indicaba que iba a facilitar los transportes de mercancías domésticas y acabar con el mercado profesional, o al menos iniciar uno amateur. Sin embargo, y ya transcurrido un tiempo desde su implantación, la industria de las mochilas y carteras de hombro no ha hecho sino diversificarse, mientras que las maletas rodadas han pasado a ocupar un lugar privilegiado en los mercados y en los hogares de los que, por gusto o por necesidad, tenemos espaldas delicadas y necesidad de movernos con cierta constancia.
«Chan» es suelo en gallego y «son» es sonido. «Chanson» es canción en francés. Las maletas rodadas cantan el espacio y dan un sentido sonoro al tiempo del mismo modo que los nativos de la actual Australia llevan haciendo con sus «songlines» más de lo que nadie puede recordar. Bandadas de commuters transitan a diario los itinerarios que separan las estaciones de tren de los docimicilios que habitan. Las ruedas de sus maletas rozan y percuten los diferentes tipos de embaldosados que los dueños de las ciudades se esfuerzan en diseñar y colocar para diferenciarse de otras ciudades y visibilizar la diversidad de usos del entramado urbano propio. Cada ciudad, cada asentamiento tiene su propia chan-son, sus propias narrativas sonoras rodadas.
Éste es un proyecto que se acerca al espacio habitado a través de esas canciones. Está grabado con una grabadora Zoom H4 dentro de una maleta de marca blanca que compré en unos grandes almacenes y representa un fragmento del recorrido entre mi casa y la estación de tren de Pontevedra, camino que hago al menos dos veces al día. Llevo tiempo con él en la cabeza, pero tanto el registro como este texto están hechos expresamente para la convocatoria de Microtopies 2018.
